"La Cañada" Icono destacado del centro de la ciudad de Córdoba
Si lugar a dudas es el lugar obligado para conocer del turista que visita la capital de Córdoba.
La cañada encauzada a pleno.
La sección actualmente encauzada y parqueada de La Cañada va desde la calle Tronador hasta la calle Humberto Primo, atravesando de sur a norte a la ciudad de Córdoba. La construcción del calicanto (es decir realizada con cantos rodados y cal) data de 1671, siendo el autor de esta obra Andrés Jiménez de Lorca, aunque nunca imaginó que se convertiría en un ícono de la ciudad y de sus habitantes. La construcción actual es mucho más reciente, del año 1944. Sus características más sobresalientes son su diseños en piedra, surcada por numerosos puentes es acompañada por enormes árboles en su mayoría de la especie tipa, que enaltecen y adornan este singular paseo.
Las Tipas árbol que caracteriza a la Cañada de Córdoba
Frente a la plaza de la Intendencia.
Las tipas de la Cañada, el Parque Sarmiento y otros tantos espacios verdes de la ciudad de Córdoba no escapan a este extrañísimo fenómeno típico de la primavera, que afecta a esta especie vegetal y es de difícil observación porque, en general, ocurre en lo alto de sus copas.
Agrónomos explican que “el llanto de las tipas” ocurre entre mediados de octubre y principios de diciembre por el ataque en grupos de la “chicharrita de la espuma”, una plaga urbana que prolifera con el calorcito de esta época del año.
Con la aguja flexible y delgada que poseen, las ninfas de estos insectos pinchan los brotes más tiernos de las tipas y beben la savia. Luego excretan el jugo vegetal no absorbido como un líquido azucarado que va formando una espuma. Al lograr suficiente peso, esta sustancia espumosa cae al suelo.
Además, cuando la chicharrita deja de chupar savia queda una “herida” abierta en la hoja y ésta empieza a gotear. Este goteo de savia lleva a muchos a pensar que las tipas “lloran” y a otros a creer que los charcos que se forman son de agua de lluvia. Nada más alejado.
La cañada cruza por el centro de la ciudad.
Las tipas contrastan con la torre Angela atras y la plaza Italia atrás.
Origen. La tipa es autóctona del norte argentino (Jujuy, Salta y Tucumán) y de la zona selvática de Bolivia y Brasil. Puede medir hasta 30 metros y proporciona buena sombra. Al revés de otros árboles, pierde sus hojas en primavera y reverdece en invierno.
La Cañada a poco de inagurase con el puente sobre Avenida Colón en primer termino.
El canal fue construido en la segunda mitad del siglo 20, en tres etapas diferentes, para contener las crecidas.
El segundo tramo se concretó entre 1983 y 1991 (gestión municipal de Ramón Mestre) y cubrió 700 metros; sumó tres puentes.
El tercero, emplazado entre 1991 y 1999, agregó 3.800 metros a la obra ya existente, con cinco puentes nuevos. El último tramo no está hecho de hormigón sino que las barrancas están recubiertas, entre otros elementos, por piedra bola.
Foto : construcción de la primera etapa.
El arroyo la Cañada nace en la Lagunilla . Una aguada que esta entre Malagueño y La Calera y después de recorrer casi 30 km desemboca en en el río Suquia
Atraviesa entrando Córdoba la fabrica Renault y pasa por atrás del molino Minetti para aparecer por barrio Bella Vista donde se encauza.
La lagunilla ... aguada que ocupa un predio privado.
Mito urbano...
La pelada de la cañada.
La pelada de la cañada era el fantasma mas temido en la década del ´40. Se aparecía en el calicanto de la cañada, entre las calles Duarte Quirós, Montevideo y Bulevar San Juan, en lo que hoy es Pueblo Nuevo-Güemes.
Según Azor Grimaut, en su libro Duendes en Córdoba, “la pelada” aparecía bajo dos imágenes distintas. La primera es descrita como un bulto de mujer de baja estatura, con un manto que le cubría la cabeza, ocultando el rostro.
Los vecinos que tenían sus ranchos en la rivera de la cañada, se encerraban en sus casas al resonar las ocho campanadas de Santo Domingo en invierno.
Evitando cualquier encuentro con este anima, que salía al encuentro de los trasnochados y de los madrugadores. Aparecía de repente en medio de la oscuridad y perseguía al desprevenido con un llanto que hacia conmover a cualquiera.
Ante el farol en la llamada “cinco esquinas” se quitaba el manto dejando ver un rostro cadavérico y una cabeza rasurada, de allí el apelativo.
Los borrachos que frecuentaban la zona desaparecían por temporadas ante el encuentro con esta figura.
La segunda versión de la pelada tenia la misma descripción, la diferencia radicaba en que una era llorona y la otra no. Además esta era bromista, y solía robar a sus victimas. Esta pelada sabía alejarse de la zona de la cañada.
La pelada dejo de aparecerse luego que se encauzo la cañada, para evitar las inundaciones que se producían en la zona. O por lo menos su aparición quedo en el más absoluto secreto…
Fuentes
http://www.lavoz.com.ar
https://es.wikipedia.org
https://www.youtube.com
Mitos y Leyendas
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